Luisa Stromberger Chan, estaba decidida a tener un hijo.
Cuando tuvo aquel desperfecto en la memoria de nivel 5, acudió al palacio de chakras para una corrección. Fue allí que vio ese holograto decorativo tomado de los akashicos previos. Aquella visión del habitáculo pequeño dentro de uno grande, no la abandonaría desde entonces.
Se había instanciado en su habitáculo --cuerpo humano-- hacía 500 soles positivos y cerca de 309 soles negativos. Como todos, siempre había tenido la misma edad. El desarrollo del timo había inhibido la fertilidad, a cambio de un sistema inmune adaptable y muy resistente y de la anulación del envejecimiento. Nuestras almas habían simplificado el proceso de la vida, instanciándose en habitáculos maduros, creados a la medida de los roles que tendríamos en este plano.
Desde sus primeros soles, Luisa había abierto la puerta hacia las costumbres de la vieja era. Su fascinación por los vínculos consanguíneos crecía, a medida que estudiaba las limitaciones y desafíos de los pre-humanos en los ambientes arcanos. Tal era su interés, que había tratado de establecer relaciones filiales con su vecino de la bóveda anexa.
Intentaba comportarse como su hija, esperando despertarle ese absurdo comportamiento paternal que había visto en los textos muertos. No se dio cuenta que él manejaba un habitáculo de rendimiento Alfa 35, equivalente, en la vieja era, a una chica de 15 años con tendencias artísticas. En cambio el de ella poseía un rendimiento Phi 23, que correspondía aproximadamente con el perfil del sabio Zerpa --oriundo de la falla de Karakas, siglo XX-XXI de la vieja era--, pero sin sus defectos de vista.
Requiere mucho estudio, paciencia e imaginación, entender a las personas de la vieja era. Un Alfa 35, al parecer, estaba confinado a vivir bajo las reglas de un Beta 18 (equivalente a alguien de 40 años, con coeficiente intelectual promedio, diseñado para apoyar en tareas de rayo naranja: el sustento energético vital). ¿Cómo fue posible ese desatino alguna vez?
Lo mismo ocurre con los innumerables requisitos para las conexiones y la permisología del contacto físico, la exploración de otros habitáculos y las colaboraciones altas y bajas. El tema de la desactivación habitacular --le llamaban muerte-- era uno de los grandes tabúes. Se empleaba como solución cuando no era necesaria y no se empleaba cuando era apropiada.
Luisa, con su configuración de sabio, no podía dejar de buscar, urgar, investigar, interpretar y probar, siempre que fuera posible, toda clase de teorías.
Cuando vio aquel holograto, todo se hizo de repente muy personal. Comenzó a requerir su origen a personas, ingentus, archiques y toda suerte de inforsaberes. En todos los casos obtenía la misma respuesta: Sólo se trataba de una obra de arte, alguna clase de inspiración en las mentes antiguas, que se había rescatado para adornar, por su rareza, el ala de chakra 6, donde Luisa se encontraba.
La figura representaba un habitáculo en gestación dentro de otro. Cosa que Luisa descubrió, meses después, revisando su propia cámara de ADN pre-humano, aún a sabiendas de que ese procedimiento le podía costar desperfectos irreparables.
Desde hacía mucho tiempo no se practicaba ese ritual ancestral y salvaje. El tortuoso nacimiento; ese permanecer en estado de inconsciencia profundo durante años y ser bombardeado con cliptoimágenes de toda clase por todos los habitáculos filiales, adyacentes y mediánicos, estaba tan superado que ni siquiera los inforsaberes daban cuenta de ello. Un holocausto así ya no merecía ser recordado.
Y aquí estaba Luisa, con su anhelo permanente de lograr lo imposible, con esa ansia de no haber experimentado todo, propia del sabio Zerpa, en su búsqueda constante de razones y saberes. Pero había más, Luisa estaba anclando virus tetraédricos en capa 3, eso que antiguamente llamaban emociones. Le era muy molesto lidiar con ellos, pues al manifestarse estropeaban todo el mecanismo central de control del habitáculo. Tampoco había forma rápida de combatirlos ya que esa clase de agentes se consideraban erradicados.
Es así que Luisa, movida por los virus internos que la poseen, se adentra a explorar su cámara de ADN en modo suceso. Decide sentir la experiencia arcana de la gestación y descifrar sus misterios de una buena vez. La cuenta regresiva de activación se escucha en voz de aeromosa Theta, Beta, Alfa, OM...
---------------
Es el año 2008. En Caracas, Ali dormía un sueño profundo después del curso de Reiki III con Dunas el día anterior. Los gritos exaltados de su casero en el corredor, la despiertan irremediablemente: ¡Estoy embarazado! ¡Lo logré, estoy embarazado, voy a ser madre y soy feliz!
Ali ya no le hace caso. El Sr. Zerpa con sus cosas de siempre --piensa-- y trata de conciliar el sueño nuevamente.
Caracas, 1 de Septiembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario